Juicio contra Pedro Costa II

“EL JUZGADO NO ES PARA MÍ”

 

Sinopsis:

Hace unos meses que un insigne e inveterado productor audiovisual (Pedro Costa), injurió a un paupérrimo y joven director  (César Bakken)

A consecuencia de ello ahora tienen que encontrarse ante un tribunal de justicia.

Este cortometraje narra la historia y la histeria de su encuentro y posterior (y anterior) desencuentro.

 

GUIÓN

 

LETRERO SOBREIMPRESIONADO:

(Basado en hechos reales)

SEC. 1. INT. CASA PARTICULAR.DIA.

Un hombre calvo, CÉSAR BAKKEN, sentado frente al ordenador de su casa de alquiler compartida.

                                                               CESAR BAKKEN

(off)

Vaya, otra vez me ha vuelto a escribir Pedro, a ver si hay suerte y por fin quiere producir mi película.

César lee el e-mail, poniendo cara de asombro

(texto sobreimpresionado)

“He conocido a tantos pobres imbéciles como tú, que solo lo lamento por las personas que te rodean. Qué te den”

César sonríe levemente y lanza un suspiro, también leve, mientras escribe en el ordenador.

(texto sobreimpresionado)

“¿A qué viene esto, Pedro? No lo entiendo. En fin, da igual. Solo quiero decirte que para tu desgracia  he estudiado Ciencias Políticas y Derecho. En unos días recibirás una citación judicial en tu productora para que te presentes a un juicio de faltas por injurias telemáticas. Saludos”

 

SEC 2. EXT. CALLE DE MADRID, DÍA

César Bakken corriendo como alma que lleva el diablo (o hacia el diablo, en este caso) para llegar a la hora de la citación judicial.

 

SEC 3. INT. JUZGADOS DE PLAZA DE CASTILLA. DÍA

El chico, apresurado, colándose entre las personas que aguardan su turno para acceder a los Juzgados.

                                                               CÉSAR BAKKEN

Perdón, perdón…¿me dejan pasar primero, por favor? Mi juicio está a punto de empezar.

 

SEC. 4. INT. JUZGADO NUMERO 10 DE PLAZA DE CASTILLA.PASILLO. DÍA.

El chico corriendo por el pasillo, igual de poseso que antes. Al final del pasillo se oye la voz de un ujier.

                                                                      UJIER

¡César Bakken!

 

                                                               CÉSAR BAKKEN

Corriendo, pero ya sin posesión.

                ¡Sí!

Llega, jadeante, a la puerta de la sala del juzgado y entrega su DNI al ujier.

 

                                                                     UJIER

¡Pedro Costa!

                                                               PEDRO COSTA

Por el mismo pasillo, apareciendo por generación espontanea (estaba sentado en unos bancos lejanos, con la esperanza de que el chico no apareciera y no se celebrase el juicio, pues los de faltas se celebran a instancia de parte) , pero sin correr, por impedimentos de la edad.

                ¡Sí!, sí ,soy yo.

Llega a la puerta de la sala, portando una mochila escolar, y le muestra al ujier la citación judicial que amablemente Correos le envió.

 

                                                                          UJIER

Con cara de hastío y apartando la mano de Pedro

                ¿Qué es esto? Por favor, deme su DNI.

Pedro se lo entrega, tras manipular torpe y lentamente en el bolsillo de su chaqueta y guarda la citación, con gesto serio, al más puro estilo Buster Keaton.

                Bien, esperen aquí fuera hasta que les llamen.

César se sienta en un banco, de esos tan cómodos de los Juzgados y Pedro hace lo propio en uno aledaño. No hay nadie más en el pasillo. De repente, Pedro se levanta y, dejando su mochila descuidada,  va apresuradamente, con andares  propios de “Mr.Bean” hacia una puerta contigua a la de la sala, la abre y entra.  Sale de inmediato y vuelve a sentarse en su banco, con gesto de despiste. Mira su mochila como buscando pan y chorizo…

Acto seguido, ya con la mochila en la mano, vuelve a levantarse y se aleja por el pasillo…

 

                                                                       UJIER

Saliendo de la sala del Juzgado.

                ¡César Bakken! Entre a la sala.

César hace lo que le dicen.

                ¡Pedro Costa! ¡Pe…!

Comprueba que no hay nadie más

 

                                                               CÉSAR BAKKEN

(Al ujier)

Acaba de irse.

El ujier comprueba, con asombro y con los DNI de ambos, que no está Pedro Costa. César  entra en la sala ante la atónita mirada de la jueza, que ve al ujier en el quicio de la puerta tratando de encontrar a Pedro.

                                                                       UJIER

(A la jueza, enseñándole el DNI de Pedro)

Tengo su documento de identidad, me lo acaba de dar…no sé donde está, antes estaba…

(A César, siguiendo las indicaciones gestuales de la jueza)

                Siéntese en ese banco, por favor.

César se sienta, y da los buenos días a los presentes, mientras el ujier cierra la puerta de la sala.

 

                                                                               JUEZA

(A César, tras unos minutos de conversaciones con las mujeres  sentadas junto a ella)

Levántese, por favor, y sitúese frete al micrófono.  Comparece usted ante este Tribunal por una denuncia por injurias interpuesta contra Pedro Costa el ocho de octubre. ¿Lo recuerda?

 

                                                     CÉSAR BAKKEN

Con cara de asombro, ante la estúpida pregunta.

Claro que sí.

 

JUEZA

¿Tiene hora? ¿Me puede decir la hora?

                                                      CÉSAR BAKKEN

Con la misma  cara de asombro, ante otra pregunta todavía más estúpida.  Se hurga en el bolsillo y saca su tf. móvil

                Diez menos veinte.

JUEZA

Bien, el juicio estaba programado para las 9.30h. Vamos a agilizarlo. Dese prisa y proceda con la declaración de los hechos.

      CÉSAR BAKKEN

Hace bastantes meses entablé relación con el productor Pedro Costa para hacer una película. Estuvimos hablando por e-mail durante todo ese tiempo hasta que llegó el día en el que me puso el e-mail con las injurias por las que le denuncié. Toda la documentación al respecto está incluida en el expediente de mi denuncia.

JUEZA

Bien, siéntese.

      CÉSAR BAKKEN

Perdone,  ¿podré hacer un alegato final?

JUEZA

No. Ya no se le concederá más la palabra.

      CÉSAR BAKKEN

¡Ah! En ese caso quiero indicar que  solo pido a este Tribunal que se me resarza, en lo que legalmente esté establecido, pues  considero que este altercado es de suma gravedad para una persona como yo, que actuando de buena fe, recibe un trato vejatorio e inopinado por parte de una persona del prestigio del denunciado. Estoy moralmente muy afectado por todo ello y solo quiero que se haga justicia y se me indemnice  en la medida en que la ley lo permita.

 

                                                               JUEZA

¿Quiere usted interponer una petición de culpabilidad contra el procesado?

 

                                                    CÉSAR BAKKEN

(Off)

¡Coño!, no, he venido aquí para veros a vosotros y presentaros a mi amigo Pedro, no te jode.

Mirando a la Jueza.

                                Sí.

                                                                               JUEZA

Consultando unos papeles que le entregan.

                Bien, procedamos.

(Al ujier)

¿El acusado no comparece?

El ujier abre la puerta de la sala y vuelve a reclamar la presencia de Pedro, que esta vez sí aparece.

                                                                               UJIER

(A Pedro Costa)

                Siéntese ahí.

Pedro costa se sienta, y antes de que pueda incomodar su trasero en el duro banco de madera, la jueza le reclama.

                                                                               JUEZA

¡Pedro Costa! Levántese para declarar como acusado ante este juzgado. ¿Por qué no ha permanecido a la espera de que le llamasen?

 

Pedro se levanta, con dificultad,   tanto por la edad como por el trabajo que le había costado sentarse segundos antes y se postra ante el micrófono.

 

                                                                     PEDRO COSTA

Es que tenía que…         

JUEZA

(Interrumpiéndole)

Comparece usted ante este Tribunal acusado de una falta de injurias contra César Bakken. ¿Reconoce usted los hechos y a la persona que los interpone?

 

                                                                   PEDRO COSTA

Girando la cabeza hacia César

No conozco de nada a este señor. Cuando le he visto fuera y nos han llamado, he pensado que sería el denunciante, pero no sé quien es ni qué quiere. He venido por que recibí u…

                                                                               JUEZA

(Interrumpiéndole)

¿Niega los hechos?

 

      PEDRO COSTA

Con gesto de corderito degollado

Insisto en que todavía no sé por qué motivo se me ha cita…

JUEZA

(Interrumpiéndole)

Muy bien

Le entrega al ujier la copia de los e-mails y le indica que se los de al acusado

 

PEDRO COSTA

Hace el gesto de buscar unas gafas, como si fuera Pepe Viyuela cuando hace pantomima y empieza a leer  poniendo el gesto de un estreñido sentado en la taza hace más de siete horas.

¡Ah!, claro, ahora entiendo todo. Sí, si conozco a este señor, mantuvimos un contacto, por mediación de un amigo común, para hacer una película.  Este señor tenía conocimientos e información de primera mano sobre los últimos fusilamientos de Franco, en 1975, y le encargué un guión para hacer una película acerca del tema. Pero el guión no me gustó y no llegamos a hacerla. No sé nada más de este señor. Es más, nunca he hablado con él por teléfono ni he tenido contacto salvo uno o dos e-mails. Insisto en que…

JUEZA

(Interrumpiéndole)

                Bien, ya es suficiente. ¿Niega el e-mail de las injurias?

       PEDRO COSTA

Girándose hacia César y poniendo cara de amante infiel cogido infraganti.

                ¿Pero por qué iba a insultar yo a este señor? Claro que no escribí nada.

La jueza y el resto de los presentes sonríen, menos César que piensa:

                “Joder, si parece mi abuelo, ¿a qué retiro la denuncia? Qué señor tan entrañable…”

 

                                                                              JUEZA

¿Niega también el resto de los e-mails?

       PEDRO COSTA

Dudando

                Eh…no, los de la película sí son ciertos, ya le…

           JUEZA

Interrumpiéndole y sonriendo con prepotencia.

                La dirección de todos los e-mails es la misma.

 

                PEDRO COSTA

Desconcertado y titubeante.

Lo debe haber escrito un empleado de mi productora, pues el e-mail es de una productora y todos tienen acceso a él, le repito que yo n…

           JUEZA

(Interrumpiéndole)

Siéntese, eso es todo.

 

Pedro se gira hacia su banco, con gesto de buscar apoyo en una garrota, ante la sonrisa general, y se sienta con gesto de despiste y cansancio. La jueza cuchichea con el resto del tribunal y permanece unos minutos en silencio.

El juicio queda visto para sentencia.

 

El ujier se dirige a Pedro y tira un papel en la mesa cercana a su banco, diciéndole con malos modos:

                ¡Firme ahí!

 

Pedro se levanta apoyándose en la misma garrota imaginaria y hace lo que le indican. El ujier coge el papel y lo deposita, amablemente, en la mesa cercana al banco de César, diciendo:

                Firme aquí, por favor.

El ujier se dirige a los dos hombres:

                Pueden marcharse.

 

Los dos salen de la sala. Pedro se marcha por el pasillo mientras el joven permanece junto a la puerta esperando, al lado de su novia (que iba con él desde su casa pero que  llego tarde por no seguirle en su loco sprint), que el ujier le entregue el DNI.

 

                                                                               UJIER

(A César)

Tenga, su documento de identidad.

 

Busca a Pedro Costa con la mirada, portando su DNI.

                                                               CÉSAR BAKKEN

Riendo y señalando hacia el pasillo.

                Se ha vuelto a ir, por allí va…

El ujier hace un gesto de desesperación y grita:

                “¡Pedro Costa! Por favor, vuelva a recoger su documento de identidad”

Pedro, a pesar de la edad, le oye perfectamente y se gira, sujetando la mochila como si fuera la mítica cesta de Paco Martínez Soria en la película: “La ciudad no es para mí”. Vuelve a la puerta de la sala y recoge su DNI.

 

                                                               PEDRO COSTA

Con el gesto de un político ante un conflicto moral.

Es que tengo que atender unos negocios muy importantes y se me olvidan estas cosas…

 

El ujier vuelve a entrar a la sala, resoplando. El anciano vuelve a girarse, cesta en mano, y el joven camina justo detrás de él. El joven camina muy despacio, pues la diferencia de altura le obliga a ello y empieza a canturrear aparentemente a su novia:

                “Soy un pobre idiota…”

Acordándose de la edad de la persona a quien realmente dirige su canto, alza algo más la voz, ya que el anciano no lleva la trompetilla puesta:

“Soy un pobre idiota, lo lamento por la gente que me rodea, qué me den, qué me den, pero bien, qué me den. En los juicios hay que negarlo todo o te pillan, la cagaste, la cagaste…”

 

Pedro Costa se para ante un grupo de personas que esperan el ascensor.  César Bakken lo adelanta, pero antes comenta en voz alta: “La ancianidad que coja el ascensor y la juventud, el futuro, que vaya por las escaleras…”

Se aleja, abrazando a su novia.

Se supone que la sentencia será de una multa de entre 10 y 20 días  (por lo menos el Sr. Pedro Costa dará al Estado algo de dinero, después de que el Estado le haya hecho millonario con las subvenciones y demás ayudas…) y, raramente, una simbólica indemnización al denunciante por responsabilidad civil directa.

Pero eso es algo que no le importa a esta historia.

Lo único que importaba era dejar a cada uno de los protagonistas en su sitio.

 

                                                                              CRÉDITOS

               

 

                              

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

2 respuestas to “Juicio contra Pedro Costa II”

  1. Bueno Calvito,

    mi enhorabuena por este pequeño logro. Eso sí, no te confíes, que el caso está «visto para sentencia», no hay sentencia más que en la cabeza del juez, ahora mismo. Espérate cualquier cosa…

    Suerte con lo que está por llegar, y ánimo.

    un beso en la interminable frente que tienes, que te llega hasta los talones…

    Narwhal Tabarca.

  2. Hola barbudo. Efectivamente, no se sabe donde empieza mi frente o acaban mis talones. jajaja.

Deja un comentario