No hay mayor injusticia que la cometida deliberada, pública e irrefutablemente; las flagrantes, vaya.
Pese a mi asco, odio total y rechazo la jurgol (el fútbol moderno de élite) es imprescindible ver «los mejores momentos» de «los mejores partidos». Algo tan simple como dar patadas a un balón no da para más polémica que el fanatismo de unos y la pusilanimidad, gregarismo, cobardía y servilismo de otros. En este caso, como siempre, el fanatismo es el de los madridistas y lo otro pues el rival de turno, o sea: TODOS.
Pero me surge una duda por analogía simple con la situación sociopolítica y económica de Espena:
Si somos el culo de Europa (o su almorrana que es peor), la UE dos desprecia, humilla y nos tiene comprada/esclavizada con una deuda pública impagable; la OTAN nos patea los huevos cada 3 minutos, la ONU nos escupe cada 5 y etc. etc. ¿Cómo es posible que para lo más importante – mal que nos pese a los cuerdos con intelecto, sensibilidad y alma – el jurgol, seamos los mejores pero con muchísima diferencia del resto (lo digo por el Real Negril /de Madrid/ Musulmán) y, encima, lo hagamos robando descaradamente y comprando árbitros y jugadores rivales?
Es algo que jamás podré entender. O sea… el país más depauperado de Europa, con políticos títeres del NOM, con invasores subvencionados, con todo el sector primario destruido, con la mayor corrupción política consentida, sin presente y, menos aún, futuro y etc. etc. O sea, un país así es el que se mea en la cara del resto, ganando año sí y año no, el trofeo de clubs «más importante del mundo» robando con un descaro apabullante. Todavía si robasen a Grecia, Chequia, Portugal, Georgia, la propia Espena y etc. bueno… pues vale, qué se jodan esos paupérrimos defenestrados como nosotros, ¿verdad? ¡Pero es que roban a los países más poderosos! A los que, luego, experimentan con nosotros, nos expolian y arruinan en las cosas importantes, no el puto jurgol. Pero como, socialmente, insisto, el jurgol es lo más importante… es inexplicable que nos consientan humillarles, constantemente, y que no pase nada; por que en esos países son igual de jurgolerdos que en este.
«Me encanta ganar robando, qué jode más», «ojalá ganemos en el último minuto y de penalti injusto» son expresiones que todos hemos oído a conocidos madridistas. Tal vez sea que como en el palco del Real Madrid se hace toda la política nacional y algo de la europea, tengan un acuerdo para «compensarnos» y que la mitad de Espana (es así de triste, la mitad de espenoles son jurgolerdos madridistas y los invasores ídem, salvo algún despistado del F.C. Barçalunya) esté contenta y en este país no acontezca jamás la revolución social que necesitamos como agua de mayo desde 1966. Y no me refiero una bélica como la gloriosa revolución del 36, sino social; con eso bastaría hoy en día.
Cada vez que estoy con madridistas y sale el tema del jurgol (que es casi siempre, por desgracia, por eso evito juntarme con ellos, mis neuronas colapsan) o estoy presente en alguno de sus atracos en la jeta de todos; pierdo toda la ilusión por rodearme de humanos y entiendo que este país no tiene solución alguna. Lo único que le preocupó a la inmensa mayoría de espenoles, durante el peor momento de nuestra historia, la PLANdemia, fue la suspensión del deporte de élite, nada más que eso.
Ahora el Real de Madrid ha vuelto a ganar otra Champiñón Lig (los del Borusia esos no deberían ni presentarse y sus aficionados menos, que se van a dejar la pasta para ir al puto partido más que perdido) y Espena sigue en caída libre pero la mitad de ellos más felices que un próspero habitante de un país coherente y fuerte; y casi la otra mitad igual de contentos con otros equipos o deportes de élites.
Los espenoles madridistas no tienen decencia, intelecto, dignidad ni honor
aplauden los atracos, uno tras otro, y tan orgullosos, ufanos y henchidos. Jamás podré entender como alguien aplaude el latrocinio… ¡ah! espera, que todos estos parásitos antropoides votan y etc. Estos son los mismos que se pusieron los bozales, que aplauden que nuestros políticos «cambien de opinión», que nos fumiguen y toda la barbarie que padecemos y padeceremos cada vez más. Pero anoche había 90 tipEs pulcramente vestidos TODOS con camisetas blancas de 120 pavos, con la leyenda sarracena: «Fly Emirates».
Apostilla
No sé si hubiera resistido seguir vivo de haber sido madridista (porque yo el siglo pasado fui futbolero, cuando el fútbol no era jurgol). La vergüenza que me daría sería insoportable y mínimo me deprimiría por haber sido tan gilipollas. Porque tengo buenos amigos madridistas e inteligentes, nobles y tal… pero la inmensa mayoría de ellos se vuelven bestias descerebradas descontroladas cuando juega su puto equipo (que es cada 4 días, imaginad…). Y eso ya es irremediable y pasa de padres a hijos y generación tras generación.
La justa justicia justificada (mis adoradas cacofonías) es el motor de mi vida, por eso me repatea tanta injusticia justificada. ¿Por qué ellos no lo ven? ¿qué ocurre con ciertas psiques?
Reapostilla
Y no he entrado en el pútrido negocio del que participan TODOS LOS clubs y los que no, porque no pueden. Ni de la destrucción social que es el jurgol. Ni del uso que el NOM hace de él para aborregar a los indoctos y psicópatas. Sólo he hablado «del deporte», de esas cosas que a todos nos han pasado en el patio del cole o en la calle. Pero eso, yo por lo menos, lo arreglaba a hostias.
La única vez que he corrido en esa chorrada que llaman atletismo, uno me echó de la pista de un codazo y no pude ganar, pero me dieron una medalla, igual. Luego lo arreglé a sopapos, obvio, que es lo deberían de haber hecho los jurgolerdos jurgolistas alemanes, anoche. La dignidad es incompatible con jugar ante el Real Musulmán. Yo sería incapaz de ello. Con lo bonita que es la vida… como para vivirla con el culo cual bandera nipona…
Para el que haya tenido cojones de leer esta mierda de artículo, le encomiendo la tarea de leer lo que un perrodista fanático y psicópata escribió a noche. Donde reconoce, con la épica más pueril y psicótica del mundo (en el massmierda El In-Mundo), que el Madrid siempre roba o gana por «fallos» del rival (comillas porque son errores adrede, están comprados). La moraleja a todo este asunto es desoladora y por eso jamás evolucionaremos y tenemos mucho menos de lo que merecemos. Pero tranquilo, que ya nos llegará el San Martín que todos merecemos por tolerar vivir así.