ARTÍCULO: en Cercedilla, la lluvia es inseguridad y malestar ciudadano.

Parece mentira, a parte de lo que la picha estira, que haya seres humanos tan dóciles, timoratos y pusilánimes… ¡qué le teman hasta a la lluvia! Tampoco digo que nos marquemos un Gene Kelly y nos pongamos a cantar (y bailar) bajo la lluvia y con el paraguas cerrado… pero coño… meter miedo a la gente y suspender las procesiones de Semana Santa… por la lluvia… eso son burradas mayores; y deja a los católicos a la altura del betún.

La foto de cabecera (y la otra similar) son publicaciones del Excrementísimo Ayunta-miento de Cercilla. En la nefasta redacción no entro, no voy a «trabajar» gratis para estos indoctos, pero en su contenido sí que he de entrar.

«Condiciones climáticas adversas». A ver… la lluvia es la vida de la Tierra y, por eso, la provoca ella misma. El agua no viene de Marte. «En abril aguas mil» y «(…) como agua de mayo» no son expresiones catastrofistas, sino todo lo contrario. ¡Deberíamos celebrar que llueva, saliendo a las calles y máximo en Semana Santa, aprovechando las procesiones! Pues no… en este municipio se suspenden las procesiones y se recluye a los católicos en la Iglesia. Cuando las iglesias eran fortalezas, tenía sentido recluirse / refugiarse en ellas… ¿pero esto? Si no queréis que «los ciruelos» (imágenes católicas) y sus decoraciones se mojen pues los hacéis impermeables o los sacáis bajo palio ídem. Si aún así no queréis sacarlos, pues salís vosotros. Porque aunque la procesión va por dentro, estas han de ir por fuera. Es decir: tenéis que demostrarle al mundo que una buena parte del pueblo está unida por el catolicismo. Y como la unión hace la fuerza, el poder ha de saber que el pueblo unido jamás sería vencido.
Pero no. Aquí el poder os dice que no os unáis y que os recluyáis. Y venga… el vulgo al redil. El pueblo jamás debería ser vulgo.

«La seguridad y el bienestar de todos es nuestra prioridad absoluta».

Pareciera que están actuando contra la Agenda Satánica 20yTrica, pero no… es que llueve. ¡Manda cojones! ¿Cuándo nos obligarán a quedarnos en la casa que ya ni es nuestra porque llueve y/o nieva y/o hace viento y/o hace calor? ¡Ah! que ya lo hicieron en 2020, porque había un virus chino volador nacido de un pangolín y un murciélago que por zoonosis se puso a matar humanos embozalados y, posteriormente, vacunados contra él. ¡La humanidad fue derrotada por un pangolín y un murciélago! Menos mal que no eran King Kong y Gotzilla, pues de haberlo sido hubieran acabado con el Sistema Solar.

Cierran los parques por esa misma «seguridad y bienestar» y nos han convertido en una sociedad de viejas asustadas. Las viejas de cuando yo era nene tenían más cojones que los jóvenes y adultos de ahora. Eso da mucho que pensar.

Yo soy ácrata y agnóstico. Si fuera católico a mí no me suspende la procesión ni Dios. Mientras tanto… los sarracenos desfilan a diario y eso que son iconoclastas. Nos la han metido doblada. Sacan a sus mujeres vestidas de «penitente» los 365 días del año y ellos, muchos días, con chilabas y etc. de ropa RELIGIOSA. Y aquí paz y después gloria. O, mejor dicho, después guerra. Pero no batallas, porque el católico es tan memo que no sabe que está en guerra y que, de facto, tiene el enemigo en casa: El Vaticulo (ano suena muy escatológico).

Pues nada, católicos, quedaos en casa que llueve. Y no os quejéis de las estelas químicas ni del resto de geoingenieria. Que sois sumisos al poder y tenéis menos espiritulalidad que una lata de berberechos caducados. Cuando los de la cimitarra las saquen (a la vez, ahora solo las sacan de vez en cuando) y os degüellen procurad que no sea un día lluvioso, pues eso pondría en riesgo vuestra seguridad y bienestar.

«Agradecemos profundamente su comprensión y apoyo»

Yo ni os comprendo ni os apoyo (que no es daros con la polla, no os ilusionéis). Y por mucho que hagáis una tragedia de la bendición de la lluvia, conmigo no, nunca, siempre. Poneos crema solar, parraos (gentilicio de la antigua Cercedilla), que el sol es muy malo y algún día brillará sobre las estelas químicas. Ya saldrá un bando municipal para obligaros a ello y olerá el pueblo a crema solar, como ya huele el Parque de El Retiro, en primavera y verano (si no hace viento, porque lo cierran). Habéis cedido vuestra soberanía y ahora sois peleles de una panda de cuatreros (nunca mejor dicho porque estos del Consistorio roban reses; eso, por supuesto, también por nuestra seguridad y bienestar).
Pero lo peor es que ni os habéis dado cuenta de que habéis cedido vuestra espiritualidad. Y un desalmado ya no es un ser humano; es un mero animal al albur de los humanos psicopáticos.

Apostilla

Lo que pasa en Cerdilla (antigua Cercedilla) pasa en todo Occidente. Eso es lo preocupante. Si sólo aconteciera aquí, pues con irse del pueblo, todo arreglado.

2 respuestas to “ARTÍCULO: en Cercedilla, la lluvia es inseguridad y malestar ciudadano.”

  1. Rafael López Says:

    Muy buen artículo, don César.

    Las procesiones con costaleros es muy prudente que los pasos no se realicen, porque con el suelo mojado puede haber resbalones y el peso que soportan los penitentes es enorme como para andar haciendo equilibrios.

    La opción que propones me parece muy acertada y apropiada, porque se puede procesionar sin los pasos, igual que caminamos con naturalidad cuando ha llovido (o está lloviendo, según las circunstancias). Sería una muestra de fervor religioso, si cabe, aún más notable que el de la mera tradición.

    A estas alturas, no me sorprende encontrar mucho más fervor en Ti que en las sumisas huestes del Nazareno en Cerilla (y en el resto de la piel de toro).

    Un abrazo,

    • Ya sabes que soy el único ácrata y agnóstico REAL (si hay otro más, todavía no me lo he topado). Yo tengo alma y una espiritualidad que va mucho más allá de las catalagaciones. Por eso sé que «mi Dios» me acompaña todos los segundos de mi vida y yo a él. Y que jamás me prohibirá nadie, ni nada, profesar mi fe y, a su vez, jamás le privarán a mi Dios protegerme y acompañarme.
      El ser mundano jamás entenderá que el alma es todo y que son los desalmados quienes nos atacan. Y los más desalmados de todos son los sarracenos, esos que hacen de su criminal religión ley civil y penal. Esos invasores «silenciosos» y, encima, financiados por nosotros, los herejes de Alá.

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