ARTÍCULO: Paseamos «ciruelos» (imágenes católicas) y financiamos a los sarracenos.

Recuerdo hace unos 30 años, en El Ferrol del Caudillo, que vi a unos legionarios paseando a un Cristo como el del vídeo del final, y la foto de cabecera, de este artículo. Iban por una calle, sin el tráfico cortado, ni gente viéndoles ni ná de ná. Ellos iban a lo suyo, a toda hostia con «el ciruelo» yacente sobre sus hombros y los coches tenían que apartarse y los peatones ni te cuento.

Se supone que tanto la Legión como el resto de las Débiles Mamadas (Fuerzas Armadas) tienen obligaciones con España y una ética españolista. ¿Por qué no hacen nada, entonces, ante la destrucción de facto de nuestro país, encima engalanada con la brutal invasión sarracena pagada, ENCIMA, por nosotros?
Me temo que mientras los que deben defender nuestras fronteras y poner orden en el interior, estén paseando ciruelos, nada mejorará en este país. ¿No os dais cuenta de que podéis hacer las 2 cosas? Pasear ciruelos y defender la Patria. Se os paga para eso, además. (cuantos «ademases» llevo ya).
Mientras todos los políticos espenoles fomentan y financian el islam, nuestras Débiles Mamadas miran para otro lado, pero en Semana Santa son los más católicos del mundo. Muy bien, seguid paseando ciruelos… ¿no os dais cuenta de que los sarracenos son iconoclastas, precisamente, para evitar eso? Nos hemos convertido en una sociedad infantiloide que idolatra cachos de madera/plástico sin la más mínima espiritualidad. Mientras tanto, nuestro enemigo ancestral nos tiene ya rodeados y financiados por nosotros. No se puede ser más IMBÉCIL. A mí todos los militares, salvo los de la Revolución del 36, me dan asco, pena y vergüenza.

Os cuento lo del ciruelo, en mi apostilla, pero antes recuerdo a aquel general yanqui que, totalmente rodeado por el enemigo, arengaba a sus diezmadas tropas al grito de : «¡Ahora no se nos pueden escapar!». Por desgracia, es lo que nos toca. De facto, yo sobrevivo, literalmente, circundado por sarracenos. Tal cual. Y vivo en Madrid, no en Tánger (curiosamente, los 4 días que pasé en esa ciudad lo hice con españoles paniaguados nuestros hijos de puta, en áticos de lujo y sin moros en la costa…)

Apostilla

Una cofradía le encargó a un carpintero hacer una imagen de un Cristo. El hombre talló un tronco de ciruelo, a tal efecto. Con los meses, vio su obra en procesión. La gente le rezaba, cantaba, le pedía milagros y etc. Ante tamaña estupidez, el carpintero exclamó: ¡Yo que te conocí ciruelo, tus milagros me los paso por los huevos!».

Re-apostilla

Los sarracenos y los ateos nos han destrozado y seguimos con la Semana Santa, como si no pasara nada. Pronto os meterán los ciruelos por el ojete. Sólo así espabilaréis y sabréis compaginar fe con dignidad y gallardía y, sobre todo, saber que la espiritualidad no tiene ABSOLUTAMETNE nada que ver con la liturgia.