Quandoquidem mundus iste vult decipi, decipiatur (Puesto que el mundo desea ser engañado, que se le engañe)
Y no olvidemos que Iñaki Gracia Arregui, Iñaki de Rentería, daba explícitas y terminantes órdenes a José Javier Arizkuren Ruiz, Kantauri, para asesinar a los fastidiosos testigos que pudieran prestar declaración en sede judicial (o mediática) en asuntos de narco contra Enrique Rodríguez Galindo, comenzando en Guinea, oh casualidad, como Paesa. La ETA de Iñaki de Rentería asesinaba a todo el que fuera un peligro para Galindo. ETA, Inchaurrondo y Marcial Dorado (el amigacho del tirano covidiota, hogaño líder de la “oposición”, Feijooputa) representaban el triángulo de las Bermudas de la Peseta Connection. Hasta hoy. Galindo, mi vida contra ETA. Juas. Rejuas.
La cuenta Soleado unía a todos los malos
Arturo Fasana (testaferro etarra y de tantos), cuenta Soleado mediante, era el albacea del narcorrégimen pedófilo del 78: cuenta que compartían todos, del Emérito Bribón a Eta. El Rey Elefante, la Gürtel, Pujol…todos compartían testaferro con Eta. Y el amiguito de Feijoóputa, Marcial Dorado, a fuer de otros clanes GALlegos, perfilando la red de triangulación del narcotráfico: PesETA Connection, pues. Blanqueando 250 millones de pesETAs semanales en Suiza.
En ese sentido, el juez Sengelin en 1989, intenta seguir el rastro del dinero de Dorado que arribaba tan generosamente a tierras helvéticas. Una oscurísima trama en la que participaban también servicios secretos franceses y de otros países europeos (incluido por supuesto, el CESID de Topo Gigio Manglano). El negocio de la coca boliviana, que salía de Argentina hacia La Moraleja con sus pedófilos clanes, tenía en España la conexión Dorado – Eta – Inchaurrondo. Finalmente, todo acaba centralizándose en Marbella (Felice Cultrera). Y luego a través de Marbella, Al Kassar y Judah Binstock.
Sordidez y cinco crímenes para no dejar huella
La trama de narcotráfico en el País Vasco es uno de los episodios más sórdidos del terrorismo del Gladio/Quantum español. Y empiezan a caer bajo las balas etarras, uno detrás de otro, cuatro testigos clave (en realidad cinco) que sabían muchísimo sobre el narcotráfico en la Comunidad Autónoma Vasca.
Desde enero de 1994 hasta enero de 1995 fueron asesinados por la banda asesina ETA cuatro personas que amenazaban con destapar/desmontar la pútrida trama del narcotráfico en el País Vasco (parte de la cual aparece en el ineludible Informe Navajas).
Estos fueron José Antonio Santamaría, José Manuel Olarte “Plomos” (relevante confidente de la policía en casos de narcotráfico), Alfonso Morcillo, responsable de la Brigada de Investigación de narcotráfico de la Guardia Municipal de San Sebastián y el teniente de alcalde de San Sebastián, que implicó al coronel Enrique Rodríguez Galindo (condenado en firme a 75 años de prisión por el secuestro, torturas y asesinato, además de enterramiento en cal viva, de Lasa y Zabala) y Gregorio Ordóñez, que había confesado unas horas antes a la periodista Mamen Gurruchaga que estaba investigando datos de enorme trascendencia sobre el citado Informe Navajas y la implicación de varios miembros de la Policía Municipal donostiarra con narcoInchaurrondo, ese, por otra parte, inigualable Torturódromo.
Morcillo y Ordóñez fueron objetivo de ETA por la información que la Red Gladio/Quantum facilitó a la banda asesina. Igualmente sufrieron atentados mortales otras dos personas: los citados José Manuel Olarte, “Plomos”, y José Antonio Santamaría, antiguo socio de la discoteca Ku. Ambos, indelebles protagonistas del crucial informe del fiscal Luis Navajas sobre el narcotráfico en las tres provincias vascas, fueron asesinados cuando decidieron colaborar con los tribunales para esclarecer el fondo de la abisal, diríase hadal componenda. Y otra certeza: nutridos los infiltrados de ETA entre los maderos municipales donostiarras, facilitando información clave al «Comando Donosti».
Casi nada es lo que parece
De las investigaciones practicadas por el citado Morcillo estuvo al tanto casi por completo el responsable de la Policía Judicial de San Sebastián, Enrique Nieto, con quien el sargento municipal mantuvo excelentes relaciones profesionales y personales. Morcillo también informó del alcance de sus investigaciones a Gregorio Ordóñez, presidente del Partido Popular en Guipúzcoa cuando fue asesinado por ETA.
Recordemos que Enrique Nieto fue también asesinado por ETA en 1995, por lo que en realidad serían cinco las personas que fueron asesinadas en el lapso de apenas año y medio. Los cinco disponían de amplia, muy amplia y relevante información sobre la red de narcotráfico en el País Vasco. Con todos estos asesinatos, ETA estaba protegiendo al “enemigo” GAL y a uno de sus principales factótums. ¿El mundo al revés? Ains…
…Ni a los filoetarras ni al facherío hispánico habrán gustado mucho las precedentes letras. Es lo que hay. Ajo y agua. En fin.
https://elpais.com/diario/1995/04/28/espana/799020028_850215.html